¿Qué es la dermocosmética?

La dermocosmética hace alusión a los cuidados que realizamos en nuestra piel para prevenir y mejorar su salud. Es una rama de la dermatología que aúna conceptos de salud y belleza aplicados a una parte fundamental de nuestro cuerpo como es la piel.

La piel es el mayor órgano del ser humano que ejerce funciones tan importantes y vitales como:

  • Protegernos de los rayos UVA, regular la temperatura y actúa como barrera inmunitaria frente a bacterias y virus.
  • Permite la movilidad y el crecimiento, por lo que su elasticidad es muy importante.
  • Elimina toxinas de nuestro organismo y tiene la capacidad de absorber la vitamina D procedente del sol, el oxígeno y el nitrógeno.
  • Nos ayuda a tener sensibilidad, ya que las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo reaccionan a las sensaciones de la piel.

La piel sufre alteraciones a lo largo de toda nuestra vida. Los cambios climáticos, la edad, la alimentación, la actividad física o el descanso; son algunas de las causas que puedan afectar al buen o mal estado de nuestra piel y que se ven reflejadas en ella.

Si bien la cosmética tiene como finalidad mejorar nuestro aspecto externo, la epidermis, principalmente a través de partes tan importantes y visibles como la cara, la dermocosmética va más allá preocupándose también por lo que hay debajo de la piel, la dermis.

La piel está formada por:

  • la epidermis, parte visible de la piel
  • la dermis, tejido subjuntivo situado bajo la epidermis y que es de mayor grosor que esta
  • la hipodermis, tejido celular subcutáneo

Hay que tener en cuenta que siempre es más fácil y aconsejable prevenir que reparar el daño causado. Por ejemplo, una buena hidratación y una alimentación rica en vitaminas nos ayuda a tener una piel más tersa; las cremas y protectores solares previenen el envejecimiento celular y las manchas cutáneas; o utilizar productos cosméticos de calidad que no pongan en peligro la salud de la piel o la irriten son algunos consejos que debemos aplicar cada día.

El cuidado de la piel debe ser constante, diario, y por supuesto unos hábitos de vida saludables benefician el buen estado de la misma.

Alimentación, ejercicio, higiene, protección y descanso son los pilares básicos para tener una piel bonita y sana.