En busca de una vacuna
Actualmente hay una verdadera carrera en busca de la vacuna contra el COVID-19. La pandemia del coronavirus, su rápida expansión, el porcentaje de mortalidad y su influencia en la sociedad han demostrado una vez más la importancia de la investigación en el mundo de la salud.
Si bien en un principio había grandes expectativas en encontrar una vacuna en un corto plazo de tiempo, la realidad es que los tiempos se alargan.
Pasos para sacar una vacuna
De forma paralela se está investigando y llevando a cabo el estudio de diferentes posibles vacunas que ayuden a frenar el coronavirus. La colaboración y cooperación internacional ha ayudado a sumar esfuerzos con el objetivo de reducir los plazos y conseguir lo antes posible un tratamiento.
Actualmente hay seis vacunas experimentales que están en proceso de estudio para su posterior desarrollo. Para su producción es necesario que haya un tiempo anterior de prueba y análisis de resultados para saber si es eficaz y conocer sus posibles efectos secundarios.
Hasta ahora los proyectos más avanzados han obtenido resultados preliminares en animales. Falta por obtener datos que prueben su seguridad y eficacia en humanos.
Todo ello hacer prever que la vacuna, dentro del mejor escenario, estaría disponible para su producción a comienzos o mediados del 2021. A ello habría que sumar los tiempos de fabricación, distribución y vacunación a nivel mundial.
Etapas en el desarrollo de una vacuna
Se establecen al menos las siguientes fases para su desarrollo:
- Fase de ciencia básica
- Fase de ciencia postbásica
- Fase de ensayos preclínicos en modelos animales
- Fase de ensayos clínicos: fase I, II, III y IV
Se ha avanzado a gran ritmo en las primeras fases, pero es necesario terminar con su estudio para probar su eficacia y seguridad.
Vacunas en investigación
Desde principios de 2020 farmacéuticas e institutos de todo el mundo investigan para encontrar vacunas contra el SARS-CoV-2. Actualmente la Asociación de Empresas Farmacéuticas de Investigación cuenta con 115 proyectos y la OMS con 102 proyectos. Todas ellas se pueden agrupar en tres grandes vías de investigación:
- Vacunas vivas atenuadas. Toman como punto de partida los virus conocidos pero desactivados. No causan enfermedades pero pueden multiplicarse en nuestras células. La primera vacuna autorizada contra el ébola se basa en un virus vector.
- Vacunas inactivas. Se basan en proteínas virales seleccionadas o virus inactivos. Los virus muertos no pueden reproducirse y nuestro organismo los reconoce como intrusos creando anticuerpos para defenderse, y evitando la enfermedad. Son un ejemplo de este tipo de vacunas las de la gripe, el tétano y la hepatitis B.
- Vacunas genéticas de ADN o ARNm. Se basan en la información genética para fomentar el desarrollo de proteínas virales inofensivas en nuestro organismo, que nos protejan de la enfermedad. Esta vía está en desarrollo y es motivo de investigación por parte de varias empresas e institutos.
Seguridad duradera
Una vacuna debe curar y proteger la seguridad y la salud de forma duradera. Evitar efectos adversos y secundarios que sean nocivos para nuestra salud. Por ello es fundamental seguir todo el proceso que nos permita conseguir una vacuna eficaz y a la vez duradera.