Consecuencias emocionales de la cuarentena
Las consecuencias emocionales de la cuarentena no afectan por igual a todo el mundo. El cambio es nuestro estilo de vida es aceptado inicialmente con alivio como medio de protección frente al coronavirus. Pero pasado ese estadio inicial es fácil agobiarse, sentir la necesidad de salir y estresarse por la prolongación de la situación.
Ya no cabe duda que habrá un antes y después de la pandemia del COVID-19. Pero cómo nos afectará. ¿Afecta de igual forma a niños y adultos? ¿Cambiará nuestra percepción de la vida?
Claves para asumir el confinamiento
El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COPM) ha publicado documento con Orientaciones para la gestión psicológica de la cuarentena por el coronavirus.
- Asumir la realidad y entender que permanecer en casa es lo más correcto.
- Planificar la nueva situación y organizarse junto con las personas con las que se convive.
- Evitar la sobreinformación y hablar de otros temas, sobre todo en presencia de niños.
- Mantener la comunicación con familiares y amigos.
- Aprovechar la situación para hacer cosas que siempre quisimos pero que no podíasmo por falta de tiempo.
- Hacer deporte. Te ayudará a estar más activo, de buen humor y descansar mejor.
- Mantener una buena higiene personal que implica llevar una dieta equilibrada, tomar el sol aunque sea en la ventana, dormir las horas necesarias y mantener un horario.
- Prestar atención a los demás. Puedes ayudar mucho a los que conviven contigo a llevar cuarentena agradable. Tales como conversar, realizar actividades juntos, evitar discusiones innecesarias o preocuparte por su salud y estado de ánimo.
- No obsesionarte con los plazos o fechas. Aunque haya una fecha estimada para la posible vuelta a la normalidad, esta puede verse alterada y retrasada. Tal situación genera estrés y malestar. Platéatelo como una carrera de media distancia y no un sprint.
- Si no consigues controlar tu ansiedad pide ayuda profesional. Las ayudas psicológicas y apoyos telefónicos te permitirán obtener un punto de vista y apoyo profesional.
Y aunque nos parezca que no hay espacio suficiente, hay un sinfín de actividades que puedes practicar: leer, cocinar, escribir, organizar, limpiar… También puedes iniciar nuevas actividades que llamen tu atención: tocar un instrumento, dibujar, manualidades, costura…
Fases emocionales durante la cuarentena
Los expertos han llegado a establecer hasta siete posibles fases o estadios emocionales por los que puede pasar una persona en cuarentena:
- Es la fase inicial donde hay alivio y confusión. La información a menudo es inexacta y esto agrava dicha situación.
- Preparación. Afrontamos la situación haciendo acopio de lo que consideramos imprescindible para el aislamiento.
- Nos vamos habituando a la nueva situación y a las restricciones impuestas. Reorganizamos nuestra situación y planificamos nuestra actividad.
- Aclimatación. Asumimos la situación y seguimos la rutina impuesta y los nuevos horarios y actividades que hemos establecido.
- La cuarentena continuada puede llevar a estados de tensión y estrés. Esto se agrava ante el hecho de no tener una fecha para el final del confinamiento.
- En esta fase comienza a recuperarse la actividad poco a poco, con buenas noticias que animan al optimismo.
- Ante la vuelta progresiva a la normalidad toca enfrentarse a una nueva situación. Nada es igual a antes de la crisis. La inseguridad laboral y económica hacen que algunas personas tengan temor.
Los niños en cuarentena
Los niños con curiosos y activos por naturaleza. Comprenden, aceptan y se aclimatan con mayor facilidad que los adultos a las nuevas situaciones. Por lo que es importante que desde el principio se les explique, de forma sencilla y sin alarmismos, la nueva situación.
No es bueno obsesionarse y hablar de forma constante de la nueva situación. Hay que asumirla para que la acepten con la mayor normalidad posible y establecer rutinas para su día a día. Necesitan actividades que favorezcan su desarrollo cognitivo, por lo que es fundamental no interrumpir su aprendizaje.
Aunque la falta de espacio puede ser un problema, ayúdales a realizar ejercicio cada día. Tampoco deben exceder en el uso de videojuegos, móviles u horas ante la televisión. Ayúdales a mantener contacto con sus amigos y familiares. Anímales a que hablen con sus abuelos y organiza video llamadas para que vean a sus amigos.
Sobre todo no rompas la rutina. De lunes a viernes establece un horario que incluya estudios, distracción, ejercicio y aseo. Mantén los horarios y rutinas del sueño. Los fines de semana deben ser diferentes al resto de la semana. Puedes organizar un juego de sobremesa, un desayuno especial o dejar que se acuesten un poco más tarde.
Ayúdales a afrontar la nueva situación evitando que sufran estrés. Estate atento a sus necesidades, habla con ellos, escúchales y no crees inseguridad o alarma innecesaria.